En el gozoso tiempo de la Pascua, al igual que ocurrió con los discípulos y Apóstoles del Señor Jesús, nuestro corazón se ha entristecido por la muerte de nuestro hermano, amigo y paisano, el sacerdote Francisco Javier Martínez Aviña, Pancholín.
El 28 de abril, fuimos sorprendidos con esta terrible noticia. Accidente u homicidio, son las versiones que se escuchan aquí y allá, finalmente las autoridades avalaron la primera. Lo cierto es que nuestro hermano, a la edad de 34 años, ha terminado su peregrinación y su testimonio, ahora nos espera junto a Jesús Resucitado, el buen Pastor al cual consagró su vida y al cual representó en la tierra durante casi 6 años de fecundo ministerios sacerdotal.
Unámonos en oración por sus familiares, para que el Señor les conceda fortaleza y puedad alcanzar la resignación cristiana.
Que el Señor haga surgir en nuestra parroquia de Ecuandureo, jóvenes valientes que deseen consagrar su vida mediante el sacerdocio.
"Aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad. Pues para quienes creemos en tí, la vida se transforma, no se acaba, y disuelta nuestra morada terrenal se nos prepara una mansión eterna en el cielo"
Sergio Arroyo Rguez, Pbro.